HECTOR ABAD GOMEZ

ABAD GÓMEZ, HÉCTOR
Hector Abad Gómez
Médico salubrista antioqueño (Jericó, 1921 - Medellín, 1987). Investigador en ciencias de la salud, a Héctor Abad Gómez se le identifica en Colombia como defensor de los derechos humanos. Político, demócrata integral, periodista, escritor y ensayista, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, muchas veces Abad Gómez se expresó también como sociólogo y antropólogo. Hijo de Antonio J. Abad Mesa y Eva Gómez, se graduó de médico en la Universidad de Antioquia, en 1947, y obtuvo en 1948 el master en Salud Pública de la Universidad de Minnesota. Desde joven se dedicó a la educación, prevención y atención primaria en salud, especialmente entre los sectores populares; sus opiniones en asuntos de salud pública fueron algunas veces integradas en los programas de gobierno. Fue secretario de Salud Pública de Antioquia, del municipio de Medellín, oficial médico de la Oficina Sanitaria Panamericana en Washington (1950), asesor de la Organización Mundial de la Salud para Perú, México, Cuba, Haití y República Dominicana (1954-1956) y de los Ministerios de Salud de Indonesia y Filipinas; diputado a la Asamblea de Antioquia y representante a la Cámara. Como médico y profesor universitario, Abad Gómez fue un innovador de la educación superior y se pronunció contra la formación médica individualista de inspiración francesa, a la que consideraba carente de orientación social. Promovió el estudio no memorístico y la creatividad entre sus alumnos, opuesta a las largas recitaciones académicas sacadas de tratados y manuales. De esta manera, debatió tesis hasta entonces intocables de la medicina clásica. Defendió la universidad como espacio para la ciencia y el goce del conocimiento. Luchó para que los recursos económicos no se desviaran hacia la guerra y el gasto militar, y se invirtieran en agua potable para la inmensa mayoría. Sus principales libros son Una: visión del mundo, Teoría y Práctica de la salud pública y Manual de tolerancia. Redactó numerosos artículos para periódicos y revistas, donde con argumentaciones brillantes sobre diferentes temas, llamó a la sensatez, la democracia y la convivencia pacífica; en un artículo suyo, publicado póstumamente, expresó: «Sólo una emboscada siniestra podrá silenciarnos. Como promotor de los derechos humanos, en un país cuya historia política reciente es azarosa, denunció, con madurez de juicio y en plena guerra suda a finales de los arios ochenta, las desapariciones y maltratos de que fueran objeto muchos de sus contemporáneos. Se consideraba un joven de 66 años cuando, en su época de mayor vitalidad, cayó abatido por las balas de un sicario.

BIRMANIA, GUERRA DEL AZAFRAN




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Mientras el ministro de Asuntos Exteriores de Birmania (Myanmar) justificaba ante las Naciones Unidas la represión culpando a los "oportunistas" y a "intereses extranjeros" de las protestas pacíficas a favor de la democracia, el mundo empezó a conocer la verdadera dimensión de la masacre de monjes y de civiles llevada a cabo por la junta militar.


Monjes budistas manifestantes, todos de color azafrán, y coincidiendo con una asamblea de la ONU, y más concretamente con el discurso del presidente estadounidense George Bush exigiendo democracia para Birmania. No se puede negar que es una buena puesta en escena.
El país asiático está bajo el yugo militar desde 1962, las últimas protestas populares se desarrollaron en 1988 y se saldaron con tres mil muertos tras la represión y un acuerdo entre la opositora Liga Nacional para la Democracia (LND) y la junta militar gobernante por el cual se celebrarían elecciones en 1990. De nada le sirvió a la LND lograr 396 de un total de 485 escaños, los militares se aferraron al poder y los diputados opositores fueron al exilio o a prisión. El silencio internacional fue absoluto, apenas giró la mirada con la concesión del premio Nobel de la Paz a la histórica opositora Suu Kyi, que vive entre la prisión y la retención domiciliaria.


En 1989 el gobierno militar fruto de un golpe de Estado en 1988, cambió el nombre del país por el de Unión de Myanmar. Este cambio fue y es rechazado por los opositores del actual gobierno, tanto dentro como fuera del país, quienes afirman que el gobierno no tenía la autoridad para realizar dicho cambio. El título de Unión de Myanmar es reconocido por las ONU y por la Uniòn Europea, pero rechazados por algunos gobiernos.
En 1990 se llevaron a cabo elecciones libres por primera vez en casi 30 años, pero la amplia victoria del NLD, el partido de Aung San Suu Kyi fue anulada por los militares, los cuales se negaron a renunciar.
Una de las figuras principales de la historia birmana del siglo XX fue el general Aung San, fundador del ejército y figura de la libertad. San pasó de estudiante a activista. Su hija Aung San Suu Kyi fue premio Nobel de la Paz de 1991 convirtiéndose en icono de la democracia, la paz mundial y la libertad. La tercera figura de Birmania más reconocida del mundo es U Thant, que ocupó el cargo de secretario general de la Naciones Unidas durante dos períodos. Birmania sufrió también el terremoto del Océano Índico de 2004.
En la actualidad, han ocurrido numerosos enfrentamientos entre las minorías étnicas dentro del propio país y los habitantes aún viven en pobreza y dictadura. Los militares violan, esclavizan, torturan y matan impunemente a muchos a veces sólo por cantar canciones prohibidas La represión militar se centra mayoritariamente en las minorías étnicas, como los Karen.


El gobierno de Birmania ignora completamente los reclamos de los países vecinos, que piden abrir un proceso de democratización. Este proceso también es reclamado por Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta organización ha solicitado en numerosas ocasiones a las autoridades militares que liberen a la líder opositora y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, que permanece detenida con arresto domiciliario y bajo una estricta custodia, desde 1996.


A pesar de ocupar el décimo puesto mundial como país poseedor de gas y contabilizar 3.200 millones de barriles de petróleo entre su subsuelo y su costa, el 90 por ciento de la población de Birmania vive por debajo del umbral de la pobreza en un país donde el 40 % del presupuesto es para un ejército que tiene medio millón de soldados.




GUERRA EN EL TIBET















El Tíbet es un estado independiente ocupado militarmente por la República Popular China en 1951, un año después que Mao Tse-tung tomó el poder.
La mayoría de los tibetanos profesan el budismo.
En el Tibet se encuentra la mayor cima del mundo, en la frontera con Nepal, el monte Everest.




El gobierno de Beijing reivindica a Tíbet como suyo desde el siglo XIII. En 1950 invadió este reino del Himalaya que contaba con 2.7 millones de habitantes.
En mayo de 1951, Lhasa y Pekín firmaron un acuerdo que sella el “regreso a la madre patria” china de Tíbet con el acuerdo del decimocuarto Dalai Lama, el líder espiritual de los tibetanos.




Ocho años después, el 10 de marzo de 1959, se produjo una rebelión contra “la ocupación” y la “socialización forzada” que fue reprimido con un saldo de miles de muertos.
El Dalai Lama dijo que firmó el acuerdo de 1951 bajo presión. China replicó que la ocupación fue para acabar con un sistema “feudal y esclavista”
El 10 de marzo de 1989 una protesta durante la celebración del 29 aniversario de la salida del Dalai Lama dejó varias decenas de muertos y llevó al Gobierno chino a declarar la ley marcial durante trece meses.
El actual presidente de China, Hu Jintao, era secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) en Tíbet, la máxima autoridad en la región.
Durante la primera semana de protestas, la Policía de Lhasa dijo que no contaba con datos sobre lo ocurrido, lo mismo que el ayuntamiento y el Ministerio de Seguridad Pública.
La conocida censura del Gobierno chino sobre los medios de comunicación extranjeros se reforzó y afectó a cadenas de televisión como la CNN, la BBC o TV5, que no pudieron ofrecer imágenesSegún el Gobierno chino, el balance oficial de muertos es de 13 personas “inocentes” fallecidos “a manos de agitadores tibetanos”.
El gobierno tibetano en el exilio habla de al menos 100 muertos y una severa represión, decenas de heridos y un elevado número de arrestados por tropas militares.
China respondió a los señalamientos que tiene “las pruebas” de que la rebelión del 10 de marzo en Lhassa fueron “fomentados y organizados por la pandilla del Dalai Lama”.
“Tenemos las pruebas y los hechos han demostrado que esos incidentes fueron fomentados y organizados por la pandilla del Dalai Lama”, sostuvo el primer ministro chino, Wen Jiabao.

Y QUIEN ES DALAI LAMA?

Se llama Tenzin Gyatso. Asumió el 17 de noviembre de 1950 como el 14 Dalai Lama, con apenas 15 años de edad. Se transformó además en Jefe de Estado.
En julio de 1954 el Dalai Lama visitó China y se reunió con Mao. El 17 de marzo de 1959 el Dalai Lama y sus ministros huyeron de Tibet tras la durísima represión china al levantamiento popular.

A sus 72 años, el Dalai Lama, jefe espiritual de los budistas tibetanos, es el último escudo de protección para su pueblo frente a la política china en el Tíbet.
Pese a los intentos de diálogo con Pekín para la obtención de una autonomía cultural y sus tomas de posición moderadas, el Dalai Lama constituye un problema para el poder chino, que lo considera un “secesionista” en busca de la independencia de su país.

China reforzó la seguridad en Tíbet y en las regiones vecinas el 20 de marzo. Testigos dijeron haber visto importantes refuerzos militares.
“Vi un convoy de por lo menos 200 camiones con 30 soldados cada uno, es decir unos 6 mil militares desplazados en un solo día”, afirmó Georg Blume del diario alemán Die Zeit Blume a la BBC antes de partir de Lhasa.




REVULUCION EN NEPAL





REVOLUCION EN NEPAL

El 13 de febrero de 1996, el PCN (M) se atrevió a iniciar la guerra popular, un toque de clarín de un nuevo futuro, que estalló en una bien planeada ola de ataques que sacudieron al país, pero que fue subestimada por la élite occidentalizada. En los primeros años, pequeñas unidades de guerrilleros se movilizaron y se organizaron en el campo. Armados con armas primitivas y a veces algún rifle moderno arrebatado al enemigo, combatieron en escaramuzas con las fuerzas policíacas y las bandas de matones ligadas a los terratenientes feudales que mantienen al campesinado sometido. Pero el programa de revolución agraria y de transformación social, económica y política se ganó a muchos partidarios y prendió la conciencia de la juventud, las mujeres y los pobres, y cobraba fuerza progresivamente.
En los 7 años desde entonces, la revolución ha hecho grandes avances confrontando y derrotando las sucesivas olas de represión y terror de los matones reaccionarios y las fuerzas policiales militarizadas, y últimamente al Ejército Real de Nepal (ERN).

LA INSURGENCIA MAOÍSTA
nació en la pobreza del Nepal rural, y los primeros ataques en contra de emplazamientos gubernamentales ocurrieron en 1996. Los maoístas, una facción extremista entre varios grupos comunistas, estaban encabezados por un antiguo estudiante y profesor de agricultura llamado Pushpa Kamal Dahal, quien asumió el nombre de guerra Prachanda. Hoy tiene más de 50 años, rara vez se le ve en público y casi nunca se deja fotografiar.
Cuando el gobierno democrático de Nepal ordenó una ofensiva contra las bandas de militantes de Prachanda, la policía actuó de manera despiadada. Los sospechosos eran torturados, los pobladores eran sacados de sus casas y las mujeres eran violadas. A medida que se propagó la rebelión, la campaña del gobierno se amplió. Las fuerzas de seguridad dispararon contra una escuela primaria en el distrito de Jajarkot durante un festival vespertino de danza. Los asesinatos aumentaron y el apoyo a los maoístas creció. Los rebeldes reclutaron a una amplia gama de nepaleses marginados –mujeres, minorías étnicas, dalits (intocables), desempleados y jóvenes con empleos ocasionales–, ofreciéndoles una esperanza.
Prachanda y los líderes prominentes son ideólogos de línea dura. Estudiaron las obras de Mao Zedong y –pese a que el gobierno chino los ha descalificado como verdaderos maoístas– crearon una versión nepalesa del maoísmo: el Sendero Prachanda, una mezcla de estrategias militares maoístas con marxismo y patriotismo nepalés. El propio Prachanda dirige tanto al Ejército Popular como al ala política del movimiento, de estricta estructura jerárquica.

El CICR en Nepal

El CICR inició sus actividades en Nepal en 1998, donde abrió una delegación en 2001. Durante la lucha armada entre las fuerzas gubernamentales y el Partido Comunista de Nepal (Maoísta), mantuvo una amplia presencia en el terreno y estuvo en contacto con todas las partes en conflicto. Tras el "Movimiento del Pueblo", de abril de 2006, la situación política en el país cambió radicalmente y, en noviembre de 2006, la Alianza de los Siete Partidos y el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) llegaron a un acuerdo para poner fin al conflicto y restablecer la paz. La monarquía feudal nepalí está derrotada. La ofensiva popular para poner fin a un régimen anacrónico está en su fase final. Las movilizaciones populares se multiplican desde que el pasado 6 de abril se pusiese en marcha la convocatoria de huelga general contra el rey Gyanendra.
En la situación actual (otoño de 2002), el gobierno central casi no tiene presencia en gran parte del campo. Las fuerzas armadas del viejo Estado han sufrido derrotas importantes, en la región occidental que es la plaza fuerte de la revolución, y en las regiones central y oriental.