BIRMANIA, GUERRA DEL AZAFRAN




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Mientras el ministro de Asuntos Exteriores de Birmania (Myanmar) justificaba ante las Naciones Unidas la represión culpando a los "oportunistas" y a "intereses extranjeros" de las protestas pacíficas a favor de la democracia, el mundo empezó a conocer la verdadera dimensión de la masacre de monjes y de civiles llevada a cabo por la junta militar.


Monjes budistas manifestantes, todos de color azafrán, y coincidiendo con una asamblea de la ONU, y más concretamente con el discurso del presidente estadounidense George Bush exigiendo democracia para Birmania. No se puede negar que es una buena puesta en escena.
El país asiático está bajo el yugo militar desde 1962, las últimas protestas populares se desarrollaron en 1988 y se saldaron con tres mil muertos tras la represión y un acuerdo entre la opositora Liga Nacional para la Democracia (LND) y la junta militar gobernante por el cual se celebrarían elecciones en 1990. De nada le sirvió a la LND lograr 396 de un total de 485 escaños, los militares se aferraron al poder y los diputados opositores fueron al exilio o a prisión. El silencio internacional fue absoluto, apenas giró la mirada con la concesión del premio Nobel de la Paz a la histórica opositora Suu Kyi, que vive entre la prisión y la retención domiciliaria.


En 1989 el gobierno militar fruto de un golpe de Estado en 1988, cambió el nombre del país por el de Unión de Myanmar. Este cambio fue y es rechazado por los opositores del actual gobierno, tanto dentro como fuera del país, quienes afirman que el gobierno no tenía la autoridad para realizar dicho cambio. El título de Unión de Myanmar es reconocido por las ONU y por la Uniòn Europea, pero rechazados por algunos gobiernos.
En 1990 se llevaron a cabo elecciones libres por primera vez en casi 30 años, pero la amplia victoria del NLD, el partido de Aung San Suu Kyi fue anulada por los militares, los cuales se negaron a renunciar.
Una de las figuras principales de la historia birmana del siglo XX fue el general Aung San, fundador del ejército y figura de la libertad. San pasó de estudiante a activista. Su hija Aung San Suu Kyi fue premio Nobel de la Paz de 1991 convirtiéndose en icono de la democracia, la paz mundial y la libertad. La tercera figura de Birmania más reconocida del mundo es U Thant, que ocupó el cargo de secretario general de la Naciones Unidas durante dos períodos. Birmania sufrió también el terremoto del Océano Índico de 2004.
En la actualidad, han ocurrido numerosos enfrentamientos entre las minorías étnicas dentro del propio país y los habitantes aún viven en pobreza y dictadura. Los militares violan, esclavizan, torturan y matan impunemente a muchos a veces sólo por cantar canciones prohibidas La represión militar se centra mayoritariamente en las minorías étnicas, como los Karen.


El gobierno de Birmania ignora completamente los reclamos de los países vecinos, que piden abrir un proceso de democratización. Este proceso también es reclamado por Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta organización ha solicitado en numerosas ocasiones a las autoridades militares que liberen a la líder opositora y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, que permanece detenida con arresto domiciliario y bajo una estricta custodia, desde 1996.


A pesar de ocupar el décimo puesto mundial como país poseedor de gas y contabilizar 3.200 millones de barriles de petróleo entre su subsuelo y su costa, el 90 por ciento de la población de Birmania vive por debajo del umbral de la pobreza en un país donde el 40 % del presupuesto es para un ejército que tiene medio millón de soldados.